sábado, 28 de junio de 2008

fischblut , detalles de pinturas.

La mirada diagnostica , un recorte de ojos y mas ojos dentro de los delirios humedos de Fischblut.
No son ojos acuosos, ni mucho menos miradas introspectivas ,como creia Leopold Survage; son solo ostras babosas enmarcadas en piel resbalosa.
























miércoles, 18 de junio de 2008

obra del 2008

Liebre. Òleo sobre tela 60 x 80 cm.

La muerte de Marat. Òleo sobre tela. 120 x 120 cm.



La muerte de Marat . Òleo sobre tela. 120 x 120 cm

Vivisectòr . Òleo sobre tela. 50 x 40 cm.


Esperndo el fin del mundo. òleo sobre tela , 55 x 55 cm.



Triptico del martirio de San Sebastian , oleo sobre tela , cada panel de 170 x 115 cm . año 2008






fischblut

Tercera muestra personal , ahora en la galeria Moll, del 25 de junio al 16 de julio.


FISCHBLUT
Sangre de pez.


Fischblut o traducido al castellano: sangre de pez, es el título que creí conveniente para esta tercera entrega de pinturas; fischblut es un préstamo tomado de un pequeño dibujo a tinta de Gustav Klimt, en dicho dibujo se puede ver a las míticas ondinas o mujeres húmedas del universo personal del artista debatirse entre las aguas de un río, boca arriba y siempre con expresión lasciva. La tinta es en blanco y negro, pero a pesar de su monocromía, sugiere un universo de colores velados y descompuestos, totalmente cambiantes y totalmente perecibles; junto a las mujeres se puede ver también la inquietante cabeza de un gigantesco pez que se asoma desde el extremo inferior izquierdo, presencia fundamental, ya que podría traducirse como la irrupción del sueño o la pesadilla en un mundo mas bien sereno.
Sangre de pez es también una alusión a los restos de una batalla, los despojos o las sobras en las canaletas de los mercados; sangre y agua mezclados de manera inquietante, un nauseabundo suero que recuerda el color final de la trementina y el aceite de linaza después de un día de trabajo en el taller, suero cambiante que engaña a la vista, suero surreal y maloliente acumulado en el fondo de una jeringuilla hipodérmica.
Sangre de pez es el conjunto de pinturas que me mantuvo ocupado los primeros meses de este año; en el conjunto ya es fácilmente reconocible mi tan repetitivo arsenal de motivos recurrentes, en él confronto temas como el martirio de san Sebastián (alojado en el religiosísimo formato de tríptico), la muerte de Marat, en dos versiones bastante trasnochadas; trompetistas furiosos, cándidas niñas y animales de mirada nada amistosa, todos representados en la plenitud de sus volúmenes y también en la plenitud de su histeria; homenajes históricos y tributos a la pintura antigua, revisiones, diálogos con la pesada tradición; una vez mas, el conjunto se resiste a hacer un comentario real sobre una situación concreta: libertad de movimiento y libertad temática dentro de un mismo conjunto es lo que busco; asociaciones libres y expresivas formas que se mimeticen con mi propia vida y con la vida de los demás; insectos, liebres, bocas, ojos y mas ojos. Fragmentación que se funde en el suero final, fluidez y mutación de las formas, antídoto eficaz contra la peste de la realidad mas ordinaria.
La pintura, al igual que un embrión de canguro, se abre camino por si sola; se arrastra, repta, gatea, avanza penosamente en medio de la inmundicia hasta llegar al saco materno o a lo que muchos vemos como un lugar lejano, el ideal absoluto, el núcleo, el origen de toda idea y toda acción; fischblut, una vez mas, es el término adecuado para redondear este concepto; embrión inacabado y eterno boceto de una idea que no deja de ser un fluido escurridizo. Los temas, muchas veces se convierten en legítimos pretextos para crear carne, por mas que los pomposos títulos aseguren lo contrario; la pintura, mí pintura, no dejará de ser un cúmulo de tentativas en estado larvario.

Jose Luis Carranza.
Lima. junio 2008.